¿Por qué parece que los niños, niñas y adolescentes no nos escuchan en casa?

¿Por qué parece que los niños, niñas y adolescentes no nos escuchan en casa?

por: Pablo Jara

Los seres humanos estamos siempre en busca de estímulos que satisfagan nuestra curiosidad y entusiasmo, en la actualidad nuestros hijos e hijas hacen uso de elementos que les entregamos, porque parecen estar destinados a la creatividad, entre ellos los más populares están las tabletas y los teléfonos móviles.

Nuestra respuesta a sus actitudes y demandas de atención, parece que se solucionan con un juego o una aplicación que satisfaga sus estímulos, pero, sin la debida orientación puede ocasionar mayores problemas con respecto a actitudes y atención social. El mundo de ellos comienza a encontrar las respuestas o soluciones que demandan, en las aplicaciones que brindan los aparatos, teniendo como tema de conversación, solo lo referente al juego de moda digital.

 

Para las familias, esa actitud es un empobrecimiento, debido a que nos encontramos con diferentes intereses digitales: Los padre y madres con sus redes sociales y software de trabajo y los niños, niñas y adolescentes con sus aplicaciones, coartando el interés de comunicación que tenemos entre los miembros de nuestra unidad social. Las personas buscan conectarse con personas, no siempre de la misma edad, sino disponibles en una misma franja horaria y con curiosidades comunes que les asocian. Es una aplicación la que satisface su curiosidad en ese momento y que resuelve problemas de su interés inmediato, como subir de nivel en el juego ¿Pero y la socialización familiar y social?

Estas actitudes llevan al aburrimiento dentro del hogar, y cualquier cosa que los padres dicen a sus hijos, no son aceptadas debido a que no soluciona el problema de su juego digital. Es por eso, que cuando los niños y niñas tienen contacto con visitas de su misma edad, con intereses comunes relacionados con la actividad digital, parece que se despiertan y se entusiasman con la compañía, lo que no ocurre normalmente con las otras personas con las que conviven. Lo digital se ha convertido en su “realidad” y la realidad familiar en una ficción aburrida.

Las cosas esenciales dejan de ser importantes: Compartir tareas, juegos presenciales, deporte, responsabilidades dentro de su casa, limpiar la habitación, ayudar en la organización, etc., y como consecuencia las actitudes contradictorias propias de la adolescencia brotan más temprano y con mayor explosividad. El problema es el  distanciamiento social y que el sistema de comunicación con amigos y amigas, son las redes sociales. No se puede anular, pero no puede ser el modo predominante de comunicación familiar y social.

Tres técnicas para conseguir que la familia se vuelva colaboradora con el hogar

Se necesitan de técnicas que nos permitan el acercamiento familiar y el cumplimiento de nuestra responsabilidad en el hogar.

  • La primera es determinar, que actividades debemos realizar para contrarrestar el efecto virtual. Los padres elijen y luego se busca el consenso, haciendo ver el beneficio mutuo incluso como condición para tener tiempo virtual. Hay dos enfoques, las actividades de corresponsabilidad, de acuerdo a la edad, de la vida familiar; y la otra de actividades que procuren equilibrar la vida digital.

 

  • Para los niños y niñas, se recomienda que tomen tres destrezas en la semana, una orientada al arte, otra al aprendizaje de algo (idiomas, cursos de robótica o cualquier actividad que desarrolle el conocimiento pero que les genere pasión) y la tercera un deporte. Estas actividades son extracurriculares y de poco tiempo de duración diaria, y pueden ser repartidas una actividad por día.

En el mismo sentido, es necesario determinar qué actividades de responsabilidad deben realizar en casa (asistencia a clase, limpieza de su habitación, regar plantas o ayudar con actividades que papá o mamá les pidan, las tareas del colegio e incluso el tiempo previsto del uso de teléfonos inteligentes, tabletas o computadoras), estas actividades tienen que realizarse bajo acuerdos de cumplimiento, para que los miembros de la familia sientan la seriedad del compromiso.

  • La segunda técnica es establecer horarios para el cumplimiento de estas actividades. Se debe diseñar los horarios con una estructura cerrada, el horario no es negociable para el cumplimiento de las actividades que se han acordado. Esto permite el control del tiempo de todos los miembros de la familia y por lo tanto genera seguridad.

 

  • La tercera técnica consiste en determinar los espacios adecuados para cada actividad, es decir, hay un lugar para comer, otro para hacer ejercicios y otro para la actividad con computadores o teléfonos móviles. Comer mientras se está absorto en la computadora no es una buena combinación. El cerebro se condiciona a realizar actividades de acuerdo al ambiente en que se encuentra, imaginémonos que nuestros hijos se conectan a un videojuego en la cama, el lugar que sirve para dormir, lo más probable es que después de la primera partida el cerebro ahuyente al sueño, sembrando un posible insomnio. Esto se debe a que el lugar condiciona al cerebro para que el cuerpo descanse y duerma, pero una actividad no adecuada puede transformar el propósito de ese espacio.

Al cumplimiento de estas técnicas, se le conoce como administración familiar, cumplirlas significa compromiso de la familia y genera que los intereses de quienes la integran, se vuelvan comunes, teniendo la posibilidad de compartir sus experiencias en espacios familiares, más allá de los juegos de vídeo o de las aplicaciones digitales.

No es fácil sacar a los niños, niñas y adolescentes de su estado de comodidad frente a los dispositivos digitales, sus juegos y las aplicaciones que vienen instaladas, pero vale la pena intentarlo. La vida más allá de los dispositivos digitales, crean personas seguras de sí mismos y con recursos sociales para enfrentar cualquier problema al que tengan que enfrentar.

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