Por: Pablo Jara, Abril 2022.
“Mi hijo con sus berrinches me hace sentir impotente y molesto por no saber cómo actuar”, esta frase es frecuente en los padres que no atinan a manejar a los niños empeñados en gritar y llorar, y terminan, por falta de entendimiento o cansancio, normalizando una actitud, pensando que es una cosa de edad y que pasará cuando crezcan.
No tenemos un manual para ser papás o mamás, y al no estar entrenados para salir de situaciones comprometedoras con nuestros hijos e hijas, se termina aceptando que el castigo es la solución, porque se entiende que el berrinche es una actitud desafiante.
En la educación infantil, cada niño o niña es un mundo diferente, reciben información para su aprendizaje desde su nacimiento y aprenden del entorno desde sus hogares. Estos estímulos les crean habilidades y destrezas casi personalizadas.
Como padres y madres, vemos con normalidad y muestra de cariño el facilitarles la vida complaciéndoles, sin permitirles que desarrollen habilidades y destrezas propias de su edad, actitudes que, cuando llegan a la edad preescolar o cuando cambian de un ambiente social a otro, les ocasionan frustraciones.
El berrinche mal manejado crece cuando llegan a un salón de clase y tienen que compartir con más niños y niñas. La falta de estímulos comunicativos previos provoca que, en los nuevos escenarios, los niños pierdan el dominio que tienen sobre sí mismos, que les cueste trabajo pensar antes de actuar, prever las consecuencias de su conducta y se les dificulte actuar de acuerdo a las normas establecidas.
Es un estallido, dónde los otros niños y niñas de clase también responden a situaciones que no entienden y produce una reacción en cadena: yo también grito, empujo o te golpeo. La reacción parecería lógica para los niños y las niñas agresores, pero no para los agredidos y para el resto de personas que interactúan con ellos, de ahí la importancia de manejar desde los hogares, para que los comportamientos desafiantes no sean un problema, sino que en esos momentos se pueda promover la independencia, autoestima y manejo de emociones en el niño.
Lo importante es crearles un ambiente donde puedan comunicarse y expresarse para evitar frustraciones que terminan en manifestaciones violentas.
¿Qué debo hacer para que mi hijo o hija no presente conductas reactivas por problemas de comunicación?
Mi Pequeño Mundo trabaja con estrategias para mejorar las relaciones comunicacionales de niños y niñas, con el fin de disminuir las deficiencias de comunicación, que padres y madres, que se pueden aplicar en casa:
- Dejen que sus hijos e hijas desarrollen el lenguaje, ayúdenlos a pronunciar las palabras. Cuando comienzan a expresar las palabras y manifestar sus deseos, los niños y niñas tienden a hacer gestos y señalar lo que quieren, los padres y madres no les hacemos repetir lo que desean, sino que les traemos automáticamente el objeto y nos volvemos traductores de sus gestos, pensamos que ellos hablan en esa forma, pero terminamos retrasando su proceso de habla y creando un ambiente que puede desembocar en la frustración infantil.
- Háblenles con claridad sin deformar el lenguaje, muchos padres y madres, abuelos y abuelas, tendemos a hablarles sin pronunciar claro las palabras. En nuestro subconsciente pensamos que así nos entienden mejor, pero los niños, niñas y bebés, aprenden a hablar con estas distorsiones, dejándoles en su habla problemas de dicción, que en muchos casos dificultan la comprensión de quien los escucha.
- Si niños y niñas se manifiestan con berrinches, debemos desviar su atención del conflicto, crearle una condición agradable y digna para que se calme y luego conversar con ellos o ellas, razonando desde el sentimiento de acogida, mostrándoles que, si se sienten tristes por algo, la tristeza es compartida y que, si quieren algo, será por que se lo merecen por un logro que hayan obtenido.
- Trata de conciliar y negociar, permitiéndole decidir cuándo te pida cosas sencillas y razonables que no causen un inconveniente y en lugar de decirle “no”, intenta darle alternativas. “¿Puedo dormirme con mi muñeco?”, “claro, que descanses”.
- Estimúlalo para que practique sus habilidades eso lo hará sentirse orgulloso y seguro de sí mismo. “Veo que ya sabes hacer agua de limón, ¿me ayudas a prepararla?”.
- Sé un ejemplo, evita gritar o discutir frente a él. Si quieres que el niño aprenda maneras adecuadas de solucionar conflictos sin golpes o gritos es importante que tú le muestres cómo hacerlo.
- Compartir la información de problemas comunicacionales. En el aula todos los niños y niñas están expuestos a berrinches que pueden desembocar en una actitud de cierta violencia. Cuando se revela un problema, es necesario socializar y crear una estrategia de contención, donde tiene que haber colaboración entre la maestra, padres y madres de familia, con el fin de mejorar las habilidades comunicativas.
- Otro inconveniente es el tiempo que se necesita para los cambios de actitud, crear condiciones positivas no es un proceso inmediato (como comprarle cosas para que no llore o acceder a sus peticiones sin observar las consecuencias que puede traer), se requiere de paciencia. Muchas personas buscan cambios inmediatos, pero este tipo de cambios no son reales, son solo actitudes que alivian momentáneamente un síntoma, pero que en poco tiempo se repite el problema.
Seguir estos consejos, ayudan a las familias a mejorar los niveles de comunicación y a disminuir las situaciones de frustración infantil que se manifiestan en los berrinches en el hogar y en otros espacios sociales en los que se desarrollan. Si la situación es incontrolable, es necesario pedir ayuda profesional, puede ser con maestros, psicólogos o personas que, de alguna manera, puedan hacer contención a la problemática y que puedan ayudar a mejorar la estructura familiar.
Referencia a artículo científico "CONDUCTAS CAUSADAS POR LA COMUNICACIÓN INEFICIENTE DE NIÑOS EN EDAD PRE ESCOLAR"